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| Foto: Google |
Otra vez la Vinotinto. De nuevo la selección nacional, ese uniforme con escudo tricolor que se pasea en escenarios de cada vez mayor envergadura, el estadio Daejon en Corea del Sur. Si, muy cerca del territorio del terror de otro dictador confeso un grupo de jóvenes venezolanos dieron una lección a la humanidad: en la humildad de la gloria deportiva se envían los mensajes mas valientes a un pueblo.
Es por ti Venezuela.
Imposible ser objetivo y pragmático al escribir sobre lo hecho por la selección sub20. No se puede hacer meramente una crónica del partido sin mencionar los símbolos que lo rodean, no tendría yo sangre en las venas.
Algo me dice que ese mismo simbolismo fue bien usado por el cuerpo técnico nacional para dar el ímpetu y la mística necesaria a un grupo que está ahí bien lejos de su país, que la gran mayoría hace vida en Venezuela, son chamos de maracaibo, caracas, valencia, ciudades que a un click se les puede ver o mejor dicho, se esconden tras una nube de gas lacrimógeno y una alfombra sangrienta de otros chamos que juegan con piedras en vez de pelotas. Pero que tienen el mismo escudo tricolor. No es en vano que la indumentaria de los héroes urbanos "Resistencia" sea en su mayoría la camiseta de la selección de fútbol.
Nuestras oncenas nos han dado algo que este gobierno nos quiere quitar: Identidad. Identidad para salir jugando por debajo, hacer una pared, que Peñaranda desborde y nos pinte una sonrisa a todos los espectadores. Identidad para jugar al vivo, por fin, y nos permitamos tirarnos al césped para ganar unos segundos. Este juego se trata de administrar el tiempo, de ganar la mitad de la cancha con pierna fuerte, de jugar por bajo, de organizarse como equipo, con los vecinos, con la dirigencia cívica, con tener las ideas claras de por qué se marcha a la calle. Saber administrar las fuerzas en los 90 minutos para lograr algo grande, ganarle a Alemania que tiene 3 estrellas en su casaca. Saber administrarse para tener mas de 40 dias de protesta sin cansarse para recuperar la Democracia.
Todo es un simbolismo que bien usado es una inyección de stamina. Es la canción de Rocky que despierta todas las fibras musculares, es el puño cerrado de todos que con coraje nos sabemos ganadores. Esto sin duda pasa por la mente de cualquiera, por la de Dudamel.
Es por ti Venezuela. Arenga Rafael a sus muchachos.
Celulares apagados en el vestuario. Algunos se imaginan los mensajes que estarían llegando de familiares madrugadores. - Hijo. Mucha suerte, acá estamos con tus primos y tu tía. Estamos muy orgullosos de ti mijo. Todo el barrio esta pendiente.-
Se aglomeran lo chamos en el túnel antes de salir. Fila india. - Vamos no joda!!- y los rubios de la otra fila no entienden ni papa.
Uno al lado del otro en el campo de juego, con la mano en el corazón escuchan y cantan el himno nacional. Tiemblan las piernas. Ven a algunos familiares en la grada con pancartas (una que dice: maduro bruja) saca una sonrisa en el grupo.
-Gloria al bravo pueblo-
Y a correr, luchar, meter.. que comenzó el mundial para Venezuela, que ya le ganamos a Alemania. Como siempre lo hemos dicho la alegría de este país, la unión de Venezuela la hace: La Vinotinto.
