domingo, 26 de abril de 2015

Solidaridad RUTAnaria

En Venezuela, dependiendo del estado o provincia donde te encuentres, existen distintos nombres para los autobuses de transporte público, colectivos, omnibus, camioneticas. En el estado Lara son conocidos como "Rutas". Recientemente hice uso por unos días de éstos debido a fallas que presentó mi carro y como es sabido, la situación de autopartes o repuestos es crítica. Se tiene que correr con una suerte enorme, hacer las llamadas correctas a las personas correctas, caminar, preguntar, decir gracias y por favor señor dónde podría encontrarlo.

En medio del trajín que eso implica, inevitablemente observé una conducta que por la "situación país" ya se había asumido extinta, finada, engavetada para siempre: Cortesía. Llama la atención que sea motivo de mi escritura, pero al mismo tiempo es imperioso celebrar lo bueno cotidiano. Lo social pasa por las normas entre sus individuos entre ellas el respeto al otro, practicar los deberes ciudadanos y luego exigir los derechos. Es la rutina no invasora, educada y constructora lo que conforma nuestro deber ciudadano diario para contribuir activamente al desarrollo del país.

El hecho fue un gesto de esos héroes anónimos, inspirados por el mensaje de Banesco o no, pero hecho al fin. Tráfico pesado, una señora mayor intenta subir los escalones del bus e inmediatamente se activan los códigos de cortesía de al menos 3 pasajeros que ofrecen su ayuda, sonrisas y buenos días mi doña siéntese por aquí. Continúa vehículo abriéndose paso por las calles: Buenos días, en la parada por favor, gracias señor se escucha constantemente, se miran a los ojos cada uno de los habitantes de esta reducida Venezuela de 24 asientos. Maestros, profesionales, estudiantes, perfumes cítricos, camisas planchadas, maquillaje recién puesto, sueños y ganas recién levantados. Al bajar la doña en su destino, hasta el último pasajero sacaba la mano por la ventana para alertar a los carros de atrás que no adelantaran rápidamente, todo el esfuerzo se hizo en función de aquella señora que nadie conocía pero que todos cuidaban como propia. Tal vez sea esa la magia que se vivía en aquel bus que día a día reúne a los actores de la ciudad. Tal vez sea señal de que en un "Ruta" se está ya practicando la solidaridad que queremos que se expanda a todos los vehículos del territorio, una solidaridad que se hace rutinaria. 

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