domingo, 8 de marzo de 2015

Hasta que la muerte nos separe o se acabe la bateria

Conecte el cargador y batería baja son los anuncios mas temidos para la mayoría de los usuarios de teléfonos celulares de hoy en día, incluso algunos experimentan cambios fisiológicos palpables a pocos segundos de leer aquella frase en la pantalla de su aparato. Y es que la necesidad de estar conectados en todo momento se ha vuelto imprescindible, a tal punto que ya tenemos cargadores móviles de estos artefactos, si, tenemos que estar conectados siempre, disponibles, en línea, y esto al mismo tiempo juega un papel vital en la dinámica de las parejas en estos tiempos del tweet y Facebook.
Hace poco mas de  una década todavía era común observar a jóvenes en los teléfonos públicos conversando con las muchachas quienes al otro lado de la línea tenían que disimular palabras, respuestas y gestos para tratar de sortear luego preguntas incómodas de sus padres, esto principalmente porque el teléfono de la casa estaba en la sala salvo por uno que otro inalámbrico que invitaba a las charlas mas privadas. Por su parte, el galán debía estar preparado para las inquisiciones de la persona que contestaba el teléfono :”Buenas tardes, por favor con Luisa” “De parte de quién?”, invito a pensar al lector hace cuánto tiempo no pronuncia las citadas frases.
El proceso de cortejo siempre ha tenido el mismo fin, sin embargo, con la revolución tecnológica  celular se pensó que ahora sería mas fácil. Llegó primero el mensaje de texto el cual te daba una excusa perfecta “no había leído el mensaje” con lo cual se justificaba el tiempo transcurrido entre la hora de envío y respuesta, aquél tiempo por lo general era usado por la otra persona para pensar mas fríamente aquella respuesta, colocarle todos los detalles y ajustes necesarios, ya no era falta la rapidez mental que requiere llevar una conversación en tiempo real, ahora solo puedes abreviar palabras y enviar “caritas”, ya todo es más conectado, más distante, más portátil, más inmediato. En antaño ya se encuentran las nobles cartas entre enamorados, cada sobre simbolizaba esperanza, paciencia y cuidado además del toque personal que significaba la caligrafía y hasta ortografía del remitente, fue época mas tranquila y verdadera.

Nos enganchamos con la promesa del 24/7 todo el año, la persona que quieres va a estar allí, al responder un mensaje, comentar una foto y hacerte un mention. Dar las buenas noches en el momento exacto en el que Zeus se hace presente, todo eso suena muy apetecible, muy seguro. ¿Necesitamos tener las certeza en todo momento de que la media naranja debe estar disponible?, ¿ Es nuestro afán de estar  conectados con la otra persona a través del teléfono un síntoma de que no estamos verdaderamente conectados con nosotros mismos?  En otros tiempos las parejas tenían encuentros en las plazas, cafés, en el comedor de la casa o el cafetín del colegio, invito a que los pongamos en práctica y veamos a los ojos a aquella persona con la cual decidimos pasar nuestros días, seguramente desarrollaremos un sentimiento más real y humano que el que tenemos hacia el aparato al cual nos hemos vuelto, en parte, esclavos de su señal y batería.

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