Conecte el cargador y batería baja son los anuncios mas
temidos para la mayoría de los usuarios de teléfonos celulares de hoy en día,
incluso algunos experimentan cambios fisiológicos palpables a pocos segundos de
leer aquella frase en la pantalla de su aparato. Y es que la necesidad de estar
conectados en todo momento se ha vuelto imprescindible, a tal punto que ya
tenemos cargadores móviles de estos artefactos, si, tenemos que estar
conectados siempre, disponibles, en línea, y esto al mismo tiempo juega un
papel vital en la dinámica de las parejas en estos tiempos del tweet y
Facebook.
Hace poco mas de una
década todavía era común observar a jóvenes en los teléfonos públicos
conversando con las muchachas quienes al otro lado de la línea tenían que
disimular palabras, respuestas y gestos para tratar de sortear luego preguntas
incómodas de sus padres, esto principalmente porque el teléfono de la casa
estaba en la sala salvo por uno que otro inalámbrico que invitaba a las charlas
mas privadas. Por su parte, el galán debía estar preparado para las
inquisiciones de la persona que contestaba el teléfono :”Buenas tardes, por
favor con Luisa” “De parte de quién?”, invito a pensar al lector hace cuánto
tiempo no pronuncia las citadas frases.
El proceso de cortejo siempre ha tenido el mismo fin, sin
embargo, con la revolución tecnológica
celular se pensó que ahora sería mas fácil. Llegó primero el mensaje de
texto el cual te daba una excusa perfecta “no había leído el mensaje” con lo
cual se justificaba el tiempo transcurrido entre la hora de envío y respuesta,
aquél tiempo por lo general era usado por la otra persona para pensar mas
fríamente aquella respuesta, colocarle todos los detalles y ajustes necesarios,
ya no era falta la rapidez mental que requiere llevar una conversación en
tiempo real, ahora solo puedes abreviar palabras y enviar “caritas”, ya todo es
más conectado, más distante, más portátil, más inmediato. En antaño ya se
encuentran las nobles cartas entre enamorados, cada sobre simbolizaba
esperanza, paciencia y cuidado además del toque personal que significaba la
caligrafía y hasta ortografía del remitente, fue época mas tranquila y
verdadera.
Nos enganchamos con la promesa del 24/7 todo el año, la
persona que quieres va a estar allí, al responder un mensaje, comentar una foto
y hacerte un mention. Dar las buenas noches en el momento exacto en el que Zeus
se hace presente, todo eso suena muy apetecible, muy seguro. ¿Necesitamos tener
las certeza en todo momento de que la media naranja debe estar disponible?, ¿
Es nuestro afán de estar conectados con
la otra persona a través del teléfono un síntoma de que no estamos
verdaderamente conectados con nosotros mismos?
En otros tiempos las parejas tenían encuentros en las plazas, cafés, en
el comedor de la casa o el cafetín del colegio, invito a que los pongamos en
práctica y veamos a los ojos a aquella persona con la cual decidimos pasar
nuestros días, seguramente desarrollaremos un sentimiento más real y humano que
el que tenemos hacia el aparato al cual nos hemos vuelto, en parte, esclavos de
su señal y batería.
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