domingo, 8 de marzo de 2015

Vaciando Gavetas

Domingo 10:14am, entre ver fútbol y desayunar con jugo de naranja surge la imperativa tarea de ordenar el dormitorio incluyendo las temidas gavetas. No soy la única persona en posponer la actividad de revivir recuerdos, algunos, siguen hasta hoy como dijo Cerati. Todo parecía pan comido, era solamente abrir, ver, botar y cerrar; cuan ingenuo podemos ser, que tendrá lo que llaman nostalgia que nos hace prisioneros de una imagen que lleva a un momento, a una canción a un dolor, a un amor. 

Comprendí que era necesario hacer una revisión de mis gavetas y así también me despojaba de lo que ya no tenía sentido guardar, comprendí que el afán de algunas personas de no acumular ningún recibo, nota, tarjeta o foto también puede ser una necesidad de no aferrarse a nada, de sentirse "limpios". Nuestro corazón difícilmente está limpio, por el solo hecho de vivir e interactuar con otros corazones, parte de nuestra experiencia en este plano físico es el de, precisamente, llenar el alma con la de otros, con experiencia propia y compartida que nos da algún sentido. Aquella alma impoluta de dolores y alegrías sería producto de un cínico orfebre. 

Sigo entre comentarios del partido y canciones que súbitamente estallan en su coro más pegajoso, los sentimientos se van clasificando y la lógica toma un pequeño papel en este relato. Polvo en los dedos y papel roído se juntan para recordarme que he vivido muchos ciclos, graduaciones y  fiestas. Momento de reflexionar y tal vez volver a guardar algunas cosas pero ahora atento a lo que mañana se me pueda presentar, no todo es acumulable.

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