miércoles, 21 de octubre de 2015

Elogio a la Pasion

passion fire of the soul
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¿Tiene usted algún problema de estrés?  ¿Cansado del lunes a viernes de 8am a 12pm y de 2pm a 6pm? pues sí, usted ya anticipa lo que lo voy a decir, le tengo la solución. 

Existe un lugar donde todos los sueños se hacen realidad. Este lugar también puede convertirse, de vez en cuando en el escenario de algunas pesadillas. No hay ninguna duda de que este sitio se mantiene en la mente de quienes lo frecuentan, algunos hasta 3 o más veces por semana, con una mezcla de sentimientos y emociones que trascienden en cierto modo la existencia misma. 

Parecen exageradas mis palabras, pero querido amigo, le puedo asegurar que hoy en día, hoy más que nunca este pedacito de cielo que visitamos varios de nosotros reúne la esencia misma de la vida dentro de sus cuatro rincones. En este recinto tiene lugar la tristeza que de manera súbita se puede convertir en alegría pasado algunos minutos. Acá se tiene que tener coraje para sobrellevar las presiones a las que somos sometidos no por pocos instantes, ataques violentos y hasta insultos. Se tiene que tener el suficiente cariño y delicadeza para que una de las cosas más importantes resulten como lo esperamos, tener buen equilibrio físico y mental es fundamental. 

Al dirigirnos hasta allá se desarrollan lazos de amistad entrañable y nuevos conocidos. En este templo infinito reina la igualdad, la justicia e injusticia, el azar, lo pensado. Es una réplica en miniatura del universo, un impulso inicial que se esparce a todos los linderos y nosotros tratando de formar parte de alguna constelación que nos haga inmortales en nuestros recuerdos.

Todas estas cosas, entre otras, que llamamos la esencia de la vida se sienten cada vez que rueda la pelota en nuestra cancha de fútbol.

Al reunirnos cada martes y viernes en la noche, ninguno de nosotros tiene profesión. Ya no eres el vendedor de hortalizas o el cajero del banco. Durante esas dos horas tienes un apodo que no tiene nada que ver con tu nombre, a veces simplemente el color de tu camiseta es el apelativo que te identifica. Eres defensa o delantero. El arquero siempre juega, pues en este universo es un elemento que, como el universo real, es escaso. Inclusive esa palabra, "escasez", desaparece de nuestro vocabulario durante cada partida de 8 minutos. Todo es una fiesta, una joda. Los que estamos esperando turno comentamos el juego en curso en ocasiones con mayor pasión que cuando jugamos. Nada mejor que cantar "dos de lao" y ligar que vengamos nosotros a jugar. Dejamos nuestros problemas impregnados en la camiseta, las frustraciones son pateadas con el alma hacia el arco contrario, bloqueamos el sufrimiento con cada barrida defensiva y atajamos lo más bello, la pelota.

Los mejores y peores momentos de mi vida los he tenido dentro de un campo de fútbol

¿Hacen falta más razones para convencerlo a usted de que se una?

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